DEMUERTE LENTA: El vino que embriaga Venezuela

DEMUERTE LENTA es el nombre del vino que embriaga a los aficionados de Venezuela que desean degustar un trago de calidad. Pero no es solamente un vino, pues en el tiempo en el que ha aterrizado en el país, este vino español de la Denominación de Origen de Yecla, ha desarrollado una personalidad nueva que ha sido fundamental en su éxito. En este sentido, ha sido fundamental la labor de Andreina Krogmann, la directora comercial de Grupo UnoyDos y alma del proyecto, que ha logrado fusionar la excelencia enológica con la calidez tropical, creando un producto que va más allá de lo convencional.

 

DEMUERTE LENTA: El vino que embriaga Venezuela

DEMUERTE LENTA es mucho más que un vino. Es el resultado de una aventura maravillosa que llega desde Venezuela en forma de una petición apasionada. Una comunicación que realiza Andreina Krogmann, conocida afectuosamente como Andreina DEMUERTE en Caracas, líder de un equipo que se encargó de hacer posible lo que, en principio, parecía una quimera: desarrollar un producto exclusivamente pensado para nuestros amigos y seguidores venezolanos.

En este sentido, la icónica calavera de la etiqueta que podemos encontrar en los vinos DEMUERTE, se transformó, en exclusiva para Venezuela, en una obra de arte que refleja la riqueza de la cultura caribeña. De esta manera, nuestra imagen aparecía adornada con flores, palmeras y mariposas, nuevos elementos que la enriquecen estéticamente y que encapsulan la esencia misma de la vida en Venezuela.

 

DEMUERTE LENTA: Un camino de éxito

Desde entonces, DEMUERTE LENTA ha cosechado un éxito extraordinario en Venezuela. Su nombre evocador, su etiqueta disruptiva y su calidad excepcional lo han convertido en un faro en los anaqueles del país. Y no es para menos. Pues DEMUERTE LENTA es un vino fácil de beber, perfecto para acompañar los famosos tequeños o, incluso, un plato de pabellón criollo. Y es que este vino es el aliado perfecto para quienes aman disfrutar de momentos memorables alrededor de una mesa.

No conforme con esta excelencia enológica, Andreina ha hecho de DEMUERTE LENTA un vino aliado de la cultura. Para ello ha apostado por fusionarlo con diferentes expresiones y acciones artísticas, de la moda e incluso gastronómicas. Lo que ha convertido a DEMUERTE LENTA en el imprescindible de eventos de todo tipo. Desde desfiles de moda, hasta catas y maridajes exquisitos. Todo ello, además, lo ha acompañado con una presencia activa y cuidada en las redes sociales. Labor que desarrolla a través de la cuenta @demuertewine y que han convertido a DEMUERTE LENTA en una marca versátil, desafiando la seriedad tradicional del mundo del vino y permitiendo que la jocosidad de la marca DEMUERTE brille con luz propia.

 

Reconocimientos mundiales de DEMUERTE LENTA

Expertos del vino con reputación a nivel mundial, como Leonardo D’Addazzio, sommelier y Presidente de la Academia de Sommeliers de Venezuela, autor del premiado libro “Vini Vidi Vici”; o la prestigiosa profesora Dayana Medina, sommelier y directora de la academia, han catado DEMUERTE LENTA y han compartido sus elogios públicamente.

En el caso de D’Addazzio destacando la complejidad equilibrada del vino y resaltando cómo cada sorbo es una experiencia sensorial única. Por su parte, la profesora Medina, elogiando la armoniosa selección de las uvas Monastrell y la crianza en barrica de este vino, y subrayando la calidad que distingue a DEMUERTE LENTA como un vino excepcional.

Por todo ello, podemos afirmar que el camino de este vino no conoce límites. La visión de Andreina y su equipo es clara, expandirse por todo el país y llegar a cada rincón de Venezuela con una botella que simboliza el gusto, la pasión y la identidad de la nación.

Un éxito que continuará afianzándose durante todo 2024, pues DEMUERTE LENTA es un proyecto diseñado desde el amor y con el corazón. De ahí que su éxito resuene en cada copa, celebrando la rica historia de amor existente entre un vino, un país y su gente. Hagamos, pues, un brindis por el futuro de DEMUERTE LENTA, un vino que no solo se disfruta, sino que se vive. Un vino con alma venezolana.

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